Cosechar y almacenar tomates son dos partes importantes del proceso de cultivo. La recolección debe hacerse cuando los frutos ya están maduros, pero todavía tiernos. Asegúrese de que los cultivos estén bien drenados y que no haya agua estancada. La mejor manera de cosechar tomates es usar una tijera para cortar el tallo. Después de la cosecha, la fruta debe almacenarse en condiciones adecuadas para evitar el crecimiento de moho. Una buena práctica es aislar la fruta del aire y la luz solar para evitar la deshidratación.