Uno de los posibles síntomas que se pueden presentar al sufrir anemia es el dolor en el pecho. A menudo esto puede alertar al enfermo, al pensar que se trata de alguna otra enfermedad mucho más grave, como por ejemplo la insuficiencia cardiaca. Hay que mantener la calma y evaluar si aparecen de forma sincrónica otros síntomas que puedan acotar la afección sufrida.