Retire regularmente las hojas secas y los pétalos dañados del ramo de flores. Esto ayudará a aumentar su vida útil, así como a mantener su aspecto prolijo. Asegúrate de quitar las hojas que puedan terminar bajo el agua, ya que le darán a tu ramo un aspecto desaliñado. También puedes decidir cortar las puntas de los tallos, si notas que están atacados por la podredumbre y la humedad.