Es una constante todos los uno de enero. La gente, concienciada sobre la importancia de una buena alimentación, promete y jura no volver a los malos hábitos alimenticios de la comida basura. Y, sin embargo, cae en ellos. Es uno de los propósitos más populares de año nuevo, y también uno de los más difíciles de cumplir, y es que no es sencillo deshacerse de las viejas costumbres.