El nombre viene del dios del viento de la cultura andina, así que en su diseño se ha tenido muy en consideración el elemento del aire. Cuesta poco menos del millón de euro y es el segundo modelo de la casa Pagani, después del renovado Pagani Zonda. Con este se ha intentado crear la máxima expresión tecnológica del mundo automovilístico. Además, el sistema de sonido ha sido estudiado para que el rumbo del motor no moleste a los pasajeros.